miércoles, 9 de diciembre de 2009

Iberia y su indiferencia por la vida humana

Carta desde la indignación:

A continuación le narro muy brevemente lo sucedido con Iberia este domingo 6 de diciembre de 2009. Es una clara muestra de la falta de escrúpulos e indiferencia por la vida humana que muestra Iberia. Lo peor es que la sección de reclamaciones sólo es accesible vía electrónica y uno puede exclusivamente reclamara 500 caracteres o, lo que es lo mismo, el equivalente a dos mensajes de texto. Parece una mala broma.

El 6 de diciembre el vuelo IB6347 de Madrid a Guatemala, sale con hora y media de retraso. La explicación peregrina es que la tripulación aún no ha abordado. Más tarde resulta que Barajas no le concede espacio (no sabemos si por el retraso de la tripulación, que quizás se entretuvo con unas cañas). Salir con hora y media de retraso, es clara señal de que vamos a perder la conexión de Guatemala a San Salvador, ya que para dicha escala sólo contábamos con una hora. Es decir, Iberia conoce con un margen de 11 horas y 30 minutos, que es lo que vamos a tardar en llegar a Guatemala, que aproximadamente 50 pasajeros van a perder su conexión. ¿Cuál es su actuación? Sorprendente.

Al aterrizar nos informan de que salgamos rápidamente, pasaporte en mano. Nuestro estrés ve su respuesta en una salita donde un responsable de Iberia nos comunica que hemos perdido la conexión y que nos ofrecen llevarnos por tierra. Ahí empieza el momento álgido de mentiras y engaños: En primer lugar, justifica su oferta aduciendo que no hay más vuelos quizás hasta el miércoles. No podría ser más falsa esa información, ya que al día siguiente hay vuelos de Taca, de Copa haciendo escala en Panamá y de American haciendo escala en Estados Unidos; En segundo lugar, nos ofrece que hagamos el recorrido en bus y, en lugar de eso, nos coloca tres minibuses de estos en los que no hay espacio para las piernas, vamos como sardinas en lata y lo único que nos faltaba era llevar gallinas y cabras con nosotros; en tercer lugar, que era lo único que podía hacer todo esto aceptable, nos hace creer que completaremos el trayecto en dos horas cuarenta y cinco minutos. Yo sabía que eso era imposible, pero quizás en tres horas cuarenta y cinco lo lográramos: se demoró ocho horas.

Lo más grave del asunto es que El Salvador es el país, en situación de no conflicto, con mayor índice de homicidios cada 100,000 habitantes: 65; Guatemala es el segundo país con mayor índice de homicidios cada 100,000 habitantes: 54. La carretera que comunica Guatemala con El Salvador es conocida por su alta peligrosidad, nivel de incidencias (atracos, violaciones y asesinatos) y resulta altamente recomendado no realizar ese tramo en horario nocturno (Naciones Unidas se lo prohíbe a su personal).

Ningún personal de Iberia acompañó el viaje, no pusieron ninguna medida de seguridad para que acompañara el viaje, no informaron a policía ni en Guatemala ni en El Salvador, tampoco a aduanas; es decir, con total dejadez, colocaron a 50 pasajeros en tres mini-buses en situación de absoluta vulnerabilidad, se desentendieron de toda responsabilidad, quebraron todo tipo de normativas acordadas en Varsovia y ratificadas por Iberia y ahora responden a los 500 caracteres de espacio que le dan a uno para los reclamos, explicando que se trató de una dificultad en Barajas y que muchas gracias por confiar en Iberia. Me pregunto cuál habría sido, o cuál será, -porque ayer pude informarme de que es una práctica habitual en Iberia- la responsabilidad penal que tendrá que afrontar la compañía cuando uno de estos buses sea detenido en la carretera y sufra las consecuencias de un ataque.