lunes, 1 de octubre de 2007

que se llama Soledad

Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.

Es curioso cuando uno se queda parado, mirando a ninguna parte, o se detiene en la lectura de algo relacionado con su trabajo, quizás creyendo que va a reflexionar al respecto y, sin embargo, el subconsciente identifica su espacio y salta al vacío. En medio de la nada, como si el universo fuera de una materia blanca infinita en la que uno es sólo una mancha negra, en el centro, comienza una canción, la que sea, la que corresponda a ese momento: el mensaje de nuestras verdades escondidas.

Yo andaba pensando en el Coltán; por si no lo saben, es un componente importante de los aparatos electrónicos. El 80% de esta materia prima se encuentra en el Congo, donde más de 4 millones de personas han muerto en una guerra que se financia para que podamos comprar teléfonos celulares, Play Station, Computadoras... y sacarle un mayor rendimiento a las ventas. Es terrible. Sobre todo si a uno le fascina la tecnología. ¿Cuál será la alternativa? ¿Dejar de comprar? ¿No ser parte de algo que uno condena desde el fondo de su corazón? ¿Comenzar una campaña para que las empresas tengan que comprometerse a...?

Hoy me hacían una de las mejores comparaciones que he escuchado en mucho tiempo. Me decían... es como si te invitan a una playa nudista y te apuntas. Vas. Y te das cuenta de que tú eres el único payaso que anda desnudo mientras los organizadores de la fiesta están perfectamente vestidos disfrutando del espectáculo. Hablaban de la OMC, y de sus políticas inconsistentes. Los países más proteccionistas del mundo "invitando" al resto de los países a que se hagan liberales...

Andaba en estos pensamientos cuando mi mente comienza a cantar a Sabina:

Y algunas veces suelo recostar
mi cabeza en el hombro de la luna
y le hablo de esa amante inoportuna
que se llama soledad.

Y me doy cuenta de que, efectivamente, estoy solo. Se ha ido Elena, mi compañera de casa, mi amiga, mi gran compañía en este país que cada día quiero más, y de pronto me percato de que todos los días comía con ella y casi todas las noches cenábamos juntos. Este acto social se transforma ahora en un mera necesidad biológica: debo alimentarme. Llegar a una casa vacía, cocinar para una sola persona, ingerir cualquier alimento con unas valores nutritivos mínimos, fregar los platos y regresar a la oficina. ¿Qué es la vida? ¿Quizás eso? ¿Comer en compañía? ¿Qué estamos haciendo? ¿Qué hago en El Salvador, preocupado por el Coltán de África, comiendo sólo en una casa demasiado grande para una persona?

Hace algún tiempo que llegué a la conlusión, aún no debidamente contrastada, de que el ser humano, todo lo que busca en este mundo es cariño.

¿Será?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ayer desperté feliz, como tantos otros días, y me senté a desayunar delante de la tele, pero alguien consiguió remover mis pensamientos,las "promesas" de BZ Goldberg, que eligió, entre tantos, el conflicto palestino-israelí, pero con la sensibilidad y sinceridad que sólo pueden darle los niños que lo padecen. Promesas que nos hacen y nos ayudan a sobrevivir, o que nos confunden? o que nos manipulan? o que nos consuelan?; hay algo más detrás de ellas? ganan unos pocos a costa de la necesidad de creer de otros? o es la ilusión de alguien y el comienzo de pequeños cambios? Rodeada de mi gente, lloré "sóla" en mi aflicción, son tantas preguntas con tantas respuestas....Y es que a veces, ni la luna, ni el amor, ni la mayor de las compañías nos libran de esa amante inoportuna que se llama soledad.

Anónimo dijo...

La búsqueda del ser humano siempre es y será la felicidad y la mejor forma de conseguirla es con el amor y el cariño de los que tienes cerca. Sin eso no sería posible vivir, sería un sinvivir, del cual se cansa uno pronto.
Madridista de pro

lebanon dijo...

Anónimo 1, anónimo 2, muy buenos los comentarios. Me siento particularmente identificado con las líneas de anónimo 1; en la mejor de las compañías, en el mejor de los mundos, cuando uno no puede más que sentirse culpable por su dicha, quizás por eso mismo, uno se siente terriblemente solo. La pena angustia y las razones parecieran no existir. Ahí está el cariño del que yo hablaba y parece no bastar. ¿Qué será entonces?

Anónimo dijo...

Será vivir sin perder la ilusión, será no abandonar la búsqueda, será asombrarse de las pequeñas cosas, será emocionarse con los pequeños gestos, será aprender que vivir es también sufrimiento, y tener miedo, y encontrarse sólo, será que esta es la vida, y con todo yo la prefiero...Será?
Anónimo 1.

marielagarron dijo...

qué anónimos tan serios! a mí me gusta ese revoltijo que emanás en este escribidajo, porque en el fondo así tenemos los corazones y la personalidad. Y pues sí, también coincido en que lo más pleno es la buena compañía (aunque sea de un español) ;O)